He de confesaros que estas vacaciones han sido insuperables,
por fin Elle Pretty se ha rendido a mi encanto, jeje. Ahora,
de vuelta a la ciudad, y ante mi inminente marcha a Wisconsin
para entrenar a un equipo de instituto, quiero pedirle que
venga conmigo. Para la ocasión he decidido reservar en
Alboroque, un restaurante que sé que le encantará a Elle.
En el castizo barrio de las Letras, en el 34 de la calle Atocha
se levanta el palacete señorial de 1857, hoy sede de la Casa
Palacio del mismo nombre que su ubicación. Como parte
del mismo proyecto, nace en 2007 este restaurante famoso
por aunar arte, gastronomía y una más que respetada carta
de vinos.
El patio interior que da paso al local alberga exposiciones
escultóricas temporales. Dos salones recogen distintas obras
de arte contemporáneas en un interiorismo sello de la
empresa. En los fogones manda el prestigioso Andrés
Madrigal. Sé que si algo puede convencer a Elle de que
conmigo siempre conocerá lugares nuevos e increíbles
es que haya arte, moda y buena comida y bebida; y la
moda ya la pone ella.
La primera vez que vine fue con mi amigo Elvis Goodman,
que es un gran entendido de vinos, y en nuestro menú
Selección añadimos el maridaje que Elvis aprobó en todo
momento. Hoy cuando lleve a Elle lo primero que haremos
será brindar con un refrescante Seagram´s Gin que nos
unió a la orilla del mar.
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