Qué razón tiene mi querida Elle Pretty cuando dice que la moda,
el arte y el diseño se deben encontrar en todos los ámbitos de la
vida cotidiana. Esta es la idea que debió tener el artista belga
Carsten Höller que, según sus propias palabras “busca la
interacción entre el público y su trabajo”, involucrándose en
proyectos como el que la Fondazione Prada le propuso diseñar,
junto a Germano Celant y en el que se fusionasen diseño, vida,
gastronomía, música y arte en una vieja fábrica victoriana tras
la estación de metro de Angel, en Islinghton, Londres. El espacio
concebido para permanecer abierto únicamente de noviembre
2008 a julio de 2009, contaba con mesas diseñadas por
Kram/Weisshaar, una deliciosa carta de comida congoleña y
trabajos de artistas como Andy Warhol, Carla Accardi o Louise
Nevelson.
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