miércoles, 25 de mayo de 2011

UN GIN TONIC EN LA PRUDENCIA...



Pensaba que sería el momento perfecto para declararle mi amor
eterno...pero entonces allí estaba ante mi: la barra de mi vida!.
“Quedamos en La Prudencia, tengo una cosa para ti”, me dijo.
Pensé que sería su amor, y acudí corriendo al encuentro. Desde
su entrada, inspirada en el Hotel Costes de París, ya intuí lo que
se avecinaba. Una decoración cuidadosamente mimada, diseñada
por uno de sus propietarios, el interiorista Carlos Santacruz, que
ha trasladado algunos de sus rincones favoritos de distintas
coctelerías del mundo, al corazón de Espíritu Santo. La acogedora
iluminación, de su colección de lámparas de distintas épocas y
estilos , me envolvió al momento. Según avanzaba la vi, frente a
mi, y su imagen se impuso sobre todo lo demás. Esperando a Elle
en esa maravillosa barra de Onix paquistaní dorado, vi su espectacular
botellero: la mejor selección de ginebras Premium frente a mi, y
entre todas, allí estaba ella: mi botella de Seagram´s Original. De
entre su sugerente oferta de maridajes de sabores y aromas con frutas,
clavo, … me decanté por un combinado con un refrescante olor a
romero. Cuando llegó Elle con su regalo, que al final fue un fantástico
libro, había olvidado mis intenciones; así que después de unos
revitalizantes gin tonics, nos fuimos a bailar un poco a la barra del
privado de Charada (C/ Bola 13) que tienen los chicos de
La Prudencia. Otra barra con estilo Seagram´s Original que no os
podéis perder. Tal vez no le juré mi amor, pero pasé una noche
muy especial. Cuando llegó Elle con su regalo, que al final fue un
fantástico libro, había olvidado mis intenciones; así que después de
unos revitalizantes gin tonics, nos fuimos a bailar un poco a la barra
del privado de Charada(C/ Bola 13) que tienen los chicos de
La Prudencia. Otra barra con estilo Seagram´s Original que no os
podéis perder. Tal vez no le juré mi amor, pero pasé una noche muy especial.

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